Los que compran mirando el valor de la inversión son lo que algún compañero del foro llama "mercenarios", no son coleccionistas que de verdad le gusten los Geyperman, sino mercachifles o "culo veo-culo quiero" que están entretenidos una temporada, consigue unos cuantos y luegos los venden porque la parienta les da el coñazo (éstos además son unos calzonazos), o para comprarles la Nintendo al niño (ésto es verídico, y en tiempo de crisis, hasta lo puedo entender).Juanjobox escribió:No se si habeis analizado el hecho de que tan preciosas colecciones en unos años valdrán nada o poco.
el asunto es que nuestra generación jugó con los geyperman, y ahora esos niños los coleccionan, la gente de una generación muy en concreto, y ademas durante un espacio de tiempo corto. Cuando nuestra generación se haga mayor, a quien le van a interesar los geyperman???? tengo serias dudas de que le interes a alguien que no tenga el componente nostalgico.
Habeis probado a darle a un niño un geyperman....yo he probado con dos y no he visto un gran entusiasmo!!!
El asunto de la escala entra en conflicto con el resto de sus juguetes y les cuesta meterlos en el juego.
En fin cuando esta generación seamos unos abueletes, no creo que tengan mucho valor nuestras colecciones. Yo dispongo de efectivo para comprarme todo lo que salga y pagarlo bien, pero no voy a entrar a pagar lo que no vale.
precios razonables si, y siempre y cuando sean piezas de las que me acuerdo, pero coleccionar freneticamente tan al detalle. Creo que no entraré.
No quiero polemizar, y pido disculpas si ofendo a alguien diciendo esto, epro solo queria apuntar el toque de atención al detalle del valor real de lo que tenemos.
un saludo y gracias.
Desde luego, el que compre Geyperman como inversión, es un "lince", pues está claro que si te deshaces de una colección, nunca vas a sacar lo que te has gastado (económicamente hablando, el cariño y dedicación con que la has hecho nunca se paga), y en lo de cuando la hereden nuestros hijos, pues me reservo la opinión que no quiero ponerme triste